Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales https://roryyyoo641322.blog-mall.com/39231053/por-quĂ©-zidane-le-dio-un-cabezazo-a-materazzi